miércoles, 27 de marzo de 2013

ESPAÑA EN EL CALDERÓN

ESPAÑA EN EL CALDERÓN

  Diez encuentros. Cinco amistosos, todos menos uno frente a equipos sudamericanos y cinco oficiales, todos clasificatorios para fases finales de Mundiales o Eurocopas. Siete victorias y tres empates. Nunca, por consiguiente, se ha padecido la derrota. Las tres igualadas por idéntico tanteador: uno a uno y en partidos oficiales. Seis seleccionadores se sentaron en sus banquillos: Kubala (tres veces), Santamaría (una), Clemente (una), Sáez (una), Luis Aragonés (dos) y Del Bosque (dos). Este es el acelerado resumen de todos aquellos partidos en los que nuestro querido estadio Vicente Calderón ha sido anfitrión de la Selección española, de “La Roja”. Como buenos anfitriones, se le ha sabido tratar siempre con respeto, admiración y cariño. Nunca le ha faltado el aliento desde las gradas. En este artículo vamos a repasar someramente todos esos partidos. Todos los viví. De todos ellos guardo recuerdos y vivencias personales. Dos los presencié en el mismo estadio. Los ocho restantes, por televisión.
  Antes de entrar en el prometido repaso, tres aclaraciones previas: la primera es que de todos y cada uno de los partidos se ofrecerá tan sólo la alineación del conjunto español, no la del rival, si bien se hará alguna mención aislada a sus componentes. Se señalará también quién debutaba en ese partido. La segunda es que dado el carácter del blog en el que está incardinado, se profundizará especialmente en la aportación rojiblanca. Y la tercera es que a los jugados habría que añadir tres más pendientes de jugar. En el Mundial de España 82, el primer equipo del grupo de Valencia, donde disputó España la fase preliminar, pasaba a jugar en Madrid, en el estadio Vicente Calderón. Todo parecía indicar que esa selección sería España. Pero la floja primera fase provocó que pasara como segunda de grupo, al estadio Santiago Bernabéu, junto a Inglaterra y Alemania (más correctamente República Federal de Alemania), pasando los germanos de ronda. Los tres equipos que disfrutaron del estadio de la ribera del Manzanares fueron Francia, que pasó a semifinales, Irlanda del Norte, que ocupó el lugar “a priori” destinado para nuestros colores, y Austria, tras el celebérrimo “biscotto”, junto a Alemania, en el Molinón de Gijón. Precisado todo esto con carácter previo, comencemos.
  PRIMER PARTIDO.- 23 de mayo de 1972. Amistoso. España -2- (Valdez y Gárate); Uruguay -0-. Este encuentro ha aparecido ya en este blog en diferentes ocasiones. En los artículos dedicados a Gárate, Irureta o mi tío Frutos. En este último caso, porque fue el primer partido “serio” que pude disfrutar a pie de grada, y fue él el que me llevó. Lo viví por consiguiente, en las primeras filas, grada de lateral, oliendo a césped y linimento, con la intensidad y emoción con que todo niño puede llegar a disfrutar de tamaño acontecimiento, especialmente relevante en su trayectoria “deportiva”.
  Era además la inauguración oficial del estadio, después de múltiples años de obras. Dado el carácter amistoso y semi-festivo del evento, el seleccionador Kubala resucitó una inveterada costumbre que estaba ya en desuso, y que desde entonces acá ha caído ya en el olvido, característica de los primeros años de la historia de la selección española, y que no era otra que, para complacer a la afición local, convocar a un grupo de jugadores del equipo propietario del terreno. Por esa razón, los primeros internacionales rojiblancos de la historia fueron el defensa Pololo, el centrocampista Fajardo y el extremo izquierdo Luis Olaso, con motivo del primer encuentro disputado en sede rojiblanca, nuestro antiguo campo de O´Donnell, el día dieciocho de diciembre de mil novecientos veintiuno, frente a Portugal, con victoria española por tres goles a uno.
  Jugaron por España: Iríbar; Sol, Gallego, Tonono, Calleja (De la Cruz); Irureta (Uriarte), Claramunt, Asensi; Ufarte, Gárate y Valdez. Por parte de Uruguay podemos destacar a jugadores que a fecha del encuentro, o antes o después, jugaron en España, como Montero Castillo en el Granada, Espárrago en el Sevilla, Lattuada en el Hércules y  Morena en el Rayo Vallecano. Debutaron Irureta, la primera de sus seis internacionalidades y el hispano-argentino valencianista Valdez, la primera de sus nueve.
  El Atlético de Madrid aportó a Calleja, que ofició de capitán, a modo de homenaje, ya que no retornaba a la selección desde la final de la Eurocopa de 1964. Completaba así su decimotercera y última internacionalidad. Al debutante Irureta. Y a dos delanteros. El extremo derecho Ufarte, nacido en Pontevedra pero criado futbolísticamente en Brasil, en la que sería el decimocuarto de sus dieciséis entorchados. Y el ariete Gárate, nuestro mítico delantero centro, que sumaría el décimo de sus dieciocho, anotando además el segundo gol (el último de los cinco que conseguiría con la zamarra roja)         
  SEGUNDO PARTIDO.- 24 de abril de 1976. Cuartos de final Eurocopa. España -1- (Santillana); R.F.A. -1- (Beer). Esta fue la última edición en que la Eurocopa se disputó bajo este formato. Sería aquella en que la entonces Checoslovaquia derrotaría en la final a la propia R.F.A. (por consiguiente, huelga decir quién pasó ronda) en la tanda de penaltis, con el legendario y auténtico penalti de Panenka, tras concluir el tiempo reglamentario y prórroga con empate a dos goles. Tras disputar una fase de grupos, en la que tan sólo pasaba el equipo campeón, y en el que España apeó a Escocia, Rumania y Dinamarca, se ventilaban los cuartos de final a doble partido, en casa y fuera. Éste sería el de ida. En la vuelta se caería por dos a cero, por lo que Alemania Federal pasaría al auténtico torneo final, con tan sólo cuatro equipos, que en este caso serían además la ya mentada Checoslovaquia, Holanda y la anfitriona Yugoslavia.
  Alineación española, con Kubala una vez más de seleccionador: Iríbar; Sol, Migueli (Alabanda), Benito, Capón; Camacho, Villar, Del Bosque; Quini (Satrústegui), Santillana y Churruca. En el equipo teutón permanecía el grueso de la selección campeona del Mundo dos años antes, como Maier, Vogts, Beckenbauer, Bonhof o el innombrable en la historia atlética Schwarzenbeck.
  Un único debutante y un único atlético. El primero, el bético Alabanda, que disputaría su primer y único partido internacional. El segundo, nuestro bigotón lateral izquierdo Capón (emplazamiento a futura entrada a él dedicada), en la octava de sus trece internacionalidades. Ese día jugó en el puesto en que lo hacía en el Aleti, porque en la mayoría de sus partidos tenía que desplazarse al lateral derecho para dejar el izquierdo a Camacho. En un primer tiempo convincente, el gol de Santillana (esta vez con el pie, no con la cabeza) y un fluido juego auguraban un futuro éxito. Pero el de Beer (¡buen apellido para un alemán!) en la segunda parte aguaba los ánimos, que se terminarían de extinguir con la vuelta en Alemania.   
  TERCER PARTIDO.- 26 de octubre de 1977. Clasificación para el Mundial de Argentina 78. España -2- (Leal y Rubén Cano); Rumania -0-. Este encuentro también ha aparecido en este blog en algún momento, en las entradas dedicadas a Leal y a Marcelino. Era un partido decisivo. Si no se ganaba, era seguro que no adquiríamos billete para Argentina. Y luego, todavía quedaba la que sería legendaria confrontación en Yugoslavia, por la que muchos niños faltamos al colegio, con el mítico gol en semifallo de Rubén Cano. En mi historia particular tiene su importancia, dado que fue el primer partido que se vio en casa en una nueva y flamante televisión en color. Se ventilaba el grupo de clasificación contra las dos mentadas selecciones, Rumania y Yugoslavia, y el tropiezo en campo de los rumanos, con derrota por un gol a cero, con autogol del madridista Benito, el día que debutaban Leal y Rubén Cano, había complicado en grado sumo la clasificación.
  Con Kubala todavía de seleccionador, por España jugaron: Arconada; Benítez (Marcelino), Pirri, Migueli, Camacho; Leal, Asensi, Churruca (Satrústegui); Juanito, Rubén Cano y Dani. En Rumania destacaban importantes figuras de la época como el portero Christian, que en el partido de Rumania hizo un encuentro prodigioso, parando lo parable y lo imparable, Boloni, Crisan y Georgescu. Debutó tan solo nuestro inolvidable lateral derecho Marcelino, supliendo por lesión al bético Benítez. El primero de sus trece entorchados. La contribución atlética se completaría con el centrocampista Leal, que aportaba la calidad en el centro del campo, en el tercero de sus también trece partidos, y el ariete hispano-argentino Rubén Cano, también en el tercero de sus en este caso doce internacionalidades.
  Y la aportación sería mayor dado que precisamente serían estos dos últimos los goleadores. El primero culminando una jugada de combinación con un seco disparo en posición lateral al primer palo, su único gol internacional, y el segundo peinando ligeramente con la cabeza una falta botada desde la izquierda por el madridista Pirri. Tan ligeramente que éste reclamaba luego para sí la autoría del gol. En todo caso, fue el segundo de sus cuatro goles con la selección.
  CUARTO PARTIDO.- 18 de febrero de 1981. Amistoso (único frente a una selección europea). España -1- (Juanito de penalti); Francia -0-. Uno de los múltiples amistosos que bajo las órdenes del seleccionador Santamaría se disputó por nuestra selección para preparar la importantísima cita del Mundial de España 82. Se ganó escuetamente por un penalti cerca del final cometido sobre Santillana tras pase de la muerte de Rubio, que transformó el madridista Juanito. Estuve a punto de poder acudir al partido, porque en el colegio un compañero prometió invitaciones, pero a última hora no llegó a conseguirlas.
  Por España: Arconada; Camacho, Alesanco, Tendillo, Gordillo; Joaquín (Quique), Solsona, Zamora; Juanito, Santillana y Rubio. Todos ellos excepto, curiosamente, los dos atléticos, Quique y Rubio, más el valencianista Solsona, estarían en ese Mundial. En Francia, destacaban ya muchos de los que harían al año siguiente un inolvidable torneo: Bossis, Tigana, Platini (que hoy en día parece ser que manda algo en el mundo del fútbol) y Six. También Larios, que se rumoreó que podía fichar por nuestro equipo y que al parecer fue luego vetado en el combinado francés por la estrella Platini por cierto lío de faldas.
  Debutaron ese día los dos atléticos, nuestro extremo izquierdo Rubio, en el que sería su único partido. Al menos, se dio el gustazo de disfrutar en su casa y participar en la jugada del gol. Y el mediocampista Quique (Ramos), que llegaría a un total de cuatro entorchados, cerrado el paso del combinado nacional por Gordillo y Julio Alberto.       
  QUINTO PARTIDO.- 20 de septiembre de 1995. Amistoso. España -2- (Pizzi y Guerrero); Argentina -1- (Ortega). Muchísimos años después, debido al “secuestro” que Sevilla hizo del equipo de todos (parece que en el resto del país no se le podía proporcionar el suficiente calor), con Clemente de seleccionador, se retornaba al Calderón en un amistoso de preparación para la Eurocopa de Inglaterra 96, para la que ya se estaba virtualmente clasificado.
  Por España: Zubizarreta; Ferrer, Abelardo, Alcorta, Sergi; Manjarín, Donato (Luis Enrique), Fran (Guerrero), Nadal, Caminero (Hierro); y Pizzi (Alfonso). En los argentinos destacaban nombres conocidos como el cancerbero Burgos o el mediocampista Simeone (¿les suenan?), amén de Chamot, otro futuro atlético, Zanetti, Ayala o Batistuta. Como curiosidad, el primer gol lo anotó un hispano-argentino, Pizzi, que no celebró.
  Ningún debutante. Un solo atlético, Caminero, puesto que Donato militaba ya en el Deportivo de la Coruña y Sergi arribaría años después. Disputó el decimoquinto de sus veintiún encuentros internacionales.   
  SEXTO PARTIDO.- 30 de abril de 2003. Amistoso. España -4- (De Pedro y Morientes-3-); Ecuador -0-. En esta ocasión, bajo las directrices del seleccionador Sáez, amistoso para preparar la fase de clasificación para la Eurocopa de Portugal 04, a la que acabaríamos accediendo vía repesca ante Noruega, tras quedar segundos en el grupo de clasificación tras Grecia (futuro y sorprendente campeón del torneo) y por delante de Ucrania, Irlanda del Norte y Armenia. Sorprendió la tremebunda presencia de aficionados ecuatorianos en las gradas, a los que se les oía en un principio incluso más que a los españoles.

  Alineación: Cañizares (Casillas); Míchel Salgado (Gabri), Helguera (César), Marchena, Aranzábal (Raúl Bravo); Joaquín, Xabi Alonso (Sergio), Baraja (Guti), De Pedro; Valerón y Morientes (José Mari). En los ecuatorianos, nombres relevantes como De la Cruz, Tenorio, Aguinaga o Kaviedes.
  Ese día debutaban dos jugadores con muy opuestas trayectorias posteriores. Gabri, que se quedaría en tres entorchados. Y Xabi Alonso, que ya lleva más de cien (y sumando). Representación atlética: un solo jugador, José Mari. Baraja ya se había ido al Valencia y Valerón al Deportivo de la Coruña. José Mari, tras tres temporadas en las filas colchoneras, había retornado esta temporada 02-03, cedido por su club, el Milán. Disputó el último de sus cuatro entorchados.
  SÉPTIMO PARTIDO.- 7 de septiembre de 2005. Clasificación para el Mundial de Alemania 06. España -1- (Raúl); Serbia -1- (Kezman). Bajo la sabia batuta de Luis Aragonés, se ventilaba el partido decisivo del grupo para clasificarse para el Mundial. La victoria equivalía al pase. El empate o la derrota nos llevaban a la repesca. El resto del grupo, Bélgica, Bosnia, Lituania y San Marino ya no contaban.
  En un estadio repleto con ambiente indescriptible se alinearon por España: Casillas; Míchel Salgado, Marchena, Puyol, Del Horno; Joaquín (Luis García), Xabi Alonso, Xavi, Vicente (Luque); Raúl y Fernando Torres (Tamudo). En los serbios militaban un gran número de jugadores que lo hacían (o lo harían) en la Liga española, tales como el bético Vidic, el sevillista Dragutinovic, el racingista Zigic, el realista Kovacevic y, sobre todo, el atlético Kezman, en la única temporada que figuró en filas atléticas, que logró en la segunda parte el empate en “su” estadio, igualando el obtenido inicialmente en la primera parte por Raúl, a través de un cabezazo en difícil escorzo.
  No hubo debutantes. El equipo propietario del terreno contribuía con un único jugador, Fernando Torres, que alcanzaba la internacionalidad número veintidós de las más de cien que lleva en la actualidad (y otro que sigue sumando). Luis García, que pasaría por las filas rojiblancas antes y después, se encontraba en su etapa del Liverpool.    
  OCTAVO PARTIDO.- 12 de noviembre de 2005. Repesca para el Mundial de Alemania 06. España -5- (Luis García-3-, Torres de penalti y Morientes); Eslovaquia -1- (Nemeth). Al no haber vencido a los serbios, tuvimos que jugárnosla al cara o cruz de la repesca, contra Eslovaquia, poco más de dos meses después. Este es el segundo partido al que asistí “in situ”. Mis sobrinos se encargaron de sacar los boletos e hicimos una expedición familiar. Acudimos mis sobrinos Guillermo y Álvaro, su padre, mi cuñado Javier, mi hermano Tito, mi esposa y yo. Las localidades eran, al igual que en el otro partido que presencié, más de treinta años antes, de las primeras filas, en esta ocasión en el sector opuesto, de preferencia. Una pertinaz lluvia no nos abandonó durante todo el transcurso del encuentro y, a pesar de que esa zona del campo dispone de visera de protección, ésta no alcanzaba a las primeras gradas, por lo que nos chorreamos (nos chipiamos, palabra aragonesa que aquí viene que ni pintada) en condiciones, apenas protegidos por unos chubasqueros de llamativos colores apresuradamente adquiridos ante la adversidad, modelo “bolsa de basura” que la verdad es que no protegían nada. Dejando aparte el inconveniente de la lluvia (que mi mujer se encarga de recordarme de tanto en cuanto) lo pasamos estupendamente. Detrás de nuestras filas había un grupo de jóvenes que se pasaron todo el partido haciendo divertidas bromas y chascarrillos que alegraban el ambiente. Gracias a ellos me enteré de que a nuestro bravo defensa central Puyol se le conocía con el sobrenombre de “Puyi” (para ellos, “Magic Puyi”).
  Tengo que confesar que, después de tantísimos años de espectador asiduo a los estadios de fútbol, este partido logró crear una atmósfera especial. Recinto completo, “hasta la bandera”. Un ambiente electrizante, espeluznante. Una comunión de la grada en su totalidad (apenas había eslovacos), de una pluralidad de españoles provenientes de muy variados lugares de España. En el caso de mi cónyuge y mío, ya residíamos en Zaragoza. La incesante lluvia no consiguió aguar unos muy encendidos ánimos, preludio de lo que pocos años después estaba por llegar y disfrutar.
  Obviamente bajo las órdenes, dado el escaso margen de tiempo transcurrido, del mismo entrenador, Luis Aragonés, que eligió de nuevo el Calderón ante la satisfactoria respuesta del encuentro ante Serbia, salieron por España: Casillas; Míchel Salgado, Pablo, Puyol, Del Horno; Luis García (Morientes), Albelda (Xabi Alonso), Xavi, Reyes (Vicente); Raúl y Fernando Torres. Ningún eslovaco es conocido por el gran público, salvo si acaso, el delantero Vittek, que creo recordar que jugó en el Betis.
  Por el mismo reseñado motivo del escaso margen, los componentes eran prácticamente los mismos que en el encuentro anterior. Fue el gran partido de Luis García. Posiblemente uno de los mejores de su carrera e indudablemente el mejor con la selección. Tres goles, tres, de todas las maneras posibles: de disparo lejano, de cerca y con la cabeza. Culminaron Fernando Torres, anotando un penalti (en aquella época, que parece tan lejana, en la que se le confiaban este tipo de lanzamientos) de violento disparo por el centro de la portería y Morientes, en uno de sus proverbiales remates de cabeza ante uno de sus igualmente proverbiales centros medidos desde la izquierda de un Vicente en su mejor forma.
  Una vez más, dada la trascendencia del encuentro, no hubo debutantes. Por parte atlética, a Fernando Torres, en su entorchado número veinticinco, se le añadió el excelente defensa central Pablo, en su mejor época insuperable, que había arrebatado por méritos propios la titularidad a Marchena y defendía la elástica española por sexta vez, de sus veintitrés totales. Reyes arribaría a la orilla del Manzanares años después. El posterior empate a uno en tierras eslovacas nos selló el pasaporte a la cita mundialista germana.
  NOVENO PARTIDO.- 14 de noviembre de 2009. Amistoso. España -2- (Xabi Alonso-2-, uno de penalti); Argentina -1- (Messi de penalti). Por segunda vez en la historia, se recibía en amistoso a la selección albiceleste. Y de nuevo mordieron el polvo. Ya clasificados holgadamente, olvidándonos de repescas, nos preparábamos para un glorioso e inolvidable Mundial de Sudáfrica 10.
  Ya dirigía al combinado nacional el “marqués” Del Bosque, que alineó a: Casillas (Reina); Sergio Ramos, Piqué, Puyol, (Albiol), Capdevila; Busquets; Silva (Negredo), Xavi (Fábregas), Xabi Alonso, Iniesta (Jesús Navas); y Villa (Mata). Todos ellos, a excepción de Negredo, serían brillantes campeones del Mundo pocos meses después. La alineación ese día titular, con la permuta del barcelonista Pedro por Silva, sería la misma de la final ante Holanda.
  En los argentinos, como catorce años antes, destacaban futbolistas conocidos de sobras por la Liga española, como Coloccini, Demichelis, Heinze, Maxi Rodríguez, Mascherano, Gago, Di María, Higuaín y Messi. Maxi y Coloccini, recordemos, con pasado rojiblanco.
  Del partido recuerdo especialmente, además del baño que les metimos con el juego combinativo característico español,  el penalti que a poco del final convirtió Xabi Alonso. El tolosarra encasquetó un disparo tremendo, violentísimo, que entró como una exhalación por la mismísima escuadra, limpiando las telarañas, que dirían los clásicos. Es el mejor penalti que haya visto en mi vida.         
  Debutó el sevillista Jesús Navas, una vez superados sus problemas de ansiedad, que tanta importancia habría de tener en la consecución del campeonato del Mundo y, en general, en la posterior trayectoria de la Selección. En esta ocasión, por primera y de momento única vez, ningún rojiblanco jugó “en casa”.
  DÉCIMO PARTIDO.- 16 de octubre de 2012. Clasificación para el Mundial de Brasil 14. España -1- (Sergio Ramos); Francia -1- (Giroud). El más reciente y fresco en la memoria. De nuevo los galos, por primera vez de forma oficial, visitaban el Calderón. El empate complicó algo la clasificación, aún pendiente de resolver.
  Del Bosque seleccionador y España: Casillas; Arbeloa (Juanfran), Busquets, Sergio Ramos, Jordi Alba; Xavi, Xabi Alonso, Iniesta (Fernando Torres); Pedro, Fábregas y Silva (Cazorla). En los franceses descollaban Benzema y Ribery.
  Ningún debutante. Por parte del Atlético de Madrid, un único representante, Juanfran. Fernando Torres ya se encontraba en el Chelsea londinense, vía Liverpool. El lateral suplió en la segunda parte, por lesión, al madridista Arbeloa. Completó la cuarta de, por el momento, sus cinco internacionalidades. De todos es recordado que, fuera ya de tiempo, un desliz suyo permitió el empate francés. Estoy seguro que, si Del Bosque sigue confiando en él, alcanzará muchos más entorchados y paliará con creces el error cometido.


JOSÉ MIGUEL AVELLO LÓPEZ  .


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